Recuperar esa mirada graciosa, reírse del mundo. Correr, saltar, llorar, tropezar. Asombrarse con todo, tocarlo todo y sentir. Sentirse vivo, lleno, seguro de que no hay más que lo que ves, oyes y tocas. Abrirse a aventuras diminutas. Jugar y jugar y jugar. Jugar con los grandes, con los pequeños, con todo el mundo porque da igual quién o cómo cuando tienes lo importante.
Que lindo ese gesto, Aprovecho para invitarte a pasear la vista por mi nuevo Blog de imagenes en blanco y negro(foto al dia, no se para que me meto en estos lios!)en el firmo como JACAR este es el enlace, http://www.indiscreetlens.blogspot.com/ como siempre me encantará ver tus comentarios, un saludo y que pases buen dia
ResponderEliminarufff...
ResponderEliminarMe gusta tanto el texto que casi no he visto la foto.
Como padre de los que se tiran por el suelo para jugar con mi hijo, suscribo letra a letra eso que dices. Bajarse a ver el mundo desde la altura y perspectiva de un crío te abstrae del más jodido de los problemas, aunque sea por un rato.
Bravo!
Bellísimo retrato, su mirada y el excelente monocromo son encantadores. El texto que lo acompaña a su altura. Grande
ResponderEliminarUn abrazo
Valla cara!! está por encima del bien y de mal xD
ResponderEliminarEl desaturado le viene "que ni pintao"
Un saludo!!