
Sencillamente... super graciosa.
Por todo lo que la naturaleza nos brinda y nos da sonrisas sin esperarlo.
Por cierto, ¡cómo me llené de barro ese día!
El fotógrafo transforma parte de la vida en materia, materia con esencia propia. El que observa sin embargo, transforma esa forma sustancial en vida, por medio de su imaginación. Os animo a alcanzar las realidades que yo ya alcancé.