viernes, 12 de agosto de 2016

Acantilados de cabo de Gata


El mirador de La Amatista siempre te regala unas vistas impresionantes tanto al amanecer como al atardecer. Al fondo el Cerro del Fraile, antiguo volcán que ha dejado esa preciosa forma para que podamos disfrutar de ella mientras nos relajamos mirando el horizonte.

domingo, 31 de julio de 2016

Tiza libre


Mira la tiza, elige un color. Toca un pedazo, siente como los dedos se colorean y ya no podrás parar. Llenemos las paredes de colores, corazones de tiza y felicidad. 

lunes, 25 de julio de 2016

jueves, 14 de abril de 2016

Brote naranja


Y entre la multitud se hizo la alegría, afloró un naranja apasionado y jovial, llenando de vida edificios para regalar exotismo a una ciudad abarrotada de cortejos de ventanas.

viernes, 1 de abril de 2016

Torre Eiffel

Desde 1889 e inicialmente rechazada por los parisinos, hoy el símbolo de París.
Metálicamente exuberante, fría y altiva. La sensación de que caminará hacia mí desde su posición, contoneando su cadera hasta decolocarme la mirada.

sábado, 26 de marzo de 2016

Les rues que tu n'attends pas


Calles que no esperas, silencios que oyes venir desde lejos y que cuando llegan que te hacen pararte, respirar y observar.

martes, 15 de marzo de 2016

Arco de la Defensa



Uno de los distritos de negocios más importante de Europa.
Llama la atención el Gran arco de la Fraternidad conocido como arco de la defensa. Inaugurado en 1989, es un enorme cubo de 110m de altura construido en mármol y granito y recubierto con placas de vidrio. Parece ser que antes estaba abierto al público y se podía subir a la parte superior a contemplar París, por desgracia hoy en día no podemos disfrutar esas vistas. 
En el interior del cubo/arco suspendida en forma de "nube" una estructura rompe con la pesadez y la opacidad regalando a la obra la ligereza y transparencia del toque del segundo arquitecto que terminó el proyecto.
Para su construcción se presentaron 424 arquitectos de todo el mundo, el jurado seleccionó cuatro proyectos pero sólo uno logró imponerse por su fuerza, simplicidad y pureza. El ganador fue un arquitecto desconocido: J. O. Von Spreckelsen. Desafortunadamente no llegó a verlo terminado y después de su muerte fue su socio Paul Andreu el que terminó el trabajo.