La calma de vivir, de ver como pasan a tu alrededor el mundo y las maravillas del entorno. La dificultad que conlleva pararse a observar, pararse a sentir y poder disfrutar todas esas cosas.
Volver a contemplar y volver a navegar por el deseo de mimetizarnos en las experiencias y sumergirnos en cada suspiro de vida.
Un paisaje auténtico, sin artificios. Para quedarse un buen rato contemplándolo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una marina atractiva y minimalista incluso en la gama tonal que le otorga mucha suavidad.
ResponderEliminarUn abrazo,